Por: Mónica Duarte
Foto: Maízca
La pandemia del Covid- 19 sin duda alguna, marca una nueva etapa en nuestra civilización. Lo que está a la orden del día es la incertidumbre, los retos son difíciles de afrontar. Las cosas no volverán hacer como antes, no se sabe lo que realmente sucederá. La nueva normalidad, viene con todo; sí, hasta con mascarillas de marca, algo que era de esperarse, pues de alguna forma hay que sacarle provecho a esta “nueva normalidad”. Esto llevó a la necesidad de qué el guatemalteco “chispudo” se reinventará —¡ja! — ¿quién dijo miedo?
El doctor Edgar Chamorro Marín, consultor externo de ASIES (Asociación de Investigación y Estudios Sociales) mencionó “con la innovación, llega de la mano la productividad y la competitividad. La crisis del Covid vino en momento de la repentización de la economía y ha evidenciado rezagos estructurales profundos en materia económica, política, social etc. Por lo que veo, no será tan fácil salir de esta situación, más bien será una recuperación lenta en forma de “L” por lo que la línea de base no es el 2020 por que la línea de recuperación no estaría muy clara, si no que se debe tomar el 2019, respecto a la comparativa; crisis vs recuperación” aseguró Marín.
La economía guatemalteca en 2018 creció 3.1% de la mano de políticas económicas implementadas por el gobierno. Ese año se inició con una proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de entre 3% y 3.8% con un valor central de 3.4%. El 3 de junio de ese mismo año, en El Rodeo, una comunidad pobre en las faldas del Volcán de Fuego en Guatemala, quedó enterrada casi en su totalidad, cuando a las 13.00hrs la mayor erupción registrada en el país desde 1974 barrió toda señal de vida a su paso.
Aquella trágica erupción, enluto a varias familias guatemaltecas. Esto causó daños y pérdidas por más de 219 millones de dólares, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En julio de ese mismo año, la caída en los precios internacionales de los principales productos de exportación, la suspensión de operaciones de la mina San Rafael y el impacto de la erupción del volcán de Fugo, hizo que el Banco de Guatemala (Banguat) redujera la expectativa entre 2.8% y 3.2%, con valor central de 3%.
Medida por su PIB per cápita (US$4.549 en 2018), Guatemala es la quinta economía más pobre de Latinoamérica y el Caribe (LAC), con tasas de pobreza y desigualdad persistentemente altas.
El martes 17 de septiembre de 2018, el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, fue la sede donde todos asistieron con la misma intención: Saber, después de 16 años de silencio, cuántas personas habitan en el territorio nacional. El Censo, señala que se pasó censar 11.2 millones (2002) a 14.9 millones (2018). El porcentaje de personas adultas (mayor de 15 años a 64 años), aumentó. La población menor a 15 años, disminuyó. Así finalizó la temporada económica, algunos pincelazos nada más, de lo que representó el 2018 en el territorio guatemalteco.
2019
Según los datos divulgados por el Banco de Guatemala, durante 2019 el Producto Interno Bruto tuvo un crecimiento del 3.5%, frente a un crecimiento de 3.1% en 2018.
Sin duda alguna un estancamiento relativo de la economía guatemalteca, que no da respuestas a las urgentes necesidades de la población, dejando a decenas de miles de personas fuera las oportunidades de una vida digna.
Una economía tan pobre está en la base de la constante migración de guatemaltecos hacia los Estados Unidos; paradójicamente, las remesas enviadas por los trabajadores migrantes a sus familiares ascendieron a un monto de Q 10,508 millones, igualando casi al monto total de las exportaciones, superando a la inversión extranjera directa y representando el 13.8% del PIB. Las remesas sostienen aproximadamente al 40 por ciento de la población guatemalteca, 6.2 millones de personas.
2020
Es impresionante cómo el COVID19 hizo que el mundo se detuviera. Su llegada implica una reducción en el crecimiento económico de muchos países, incluyendo a Guatemala. A nivel mundial, muchos países ya se están preparando para una recesión económica. En otras palabras, una época de escasez, poco consumo, poca inversión y mucho desempleo.
La tasa de desempleo alcanza 2.5 en Guatemala por la pandemia del COVID-19. La crisis sanitaria ha afectado el crecimiento económico y la rentabilidad de las empresas, así como la generación de empleo. El panorama no ha sido el mejor para las empresas en la época de la emergencia, algunas personas llegan a sus trabajos o reciben llamadas en las que se les notifica que fueron despedidos.
Es imposible pasar por alto, y no ver las grandes filas que se forman desde muy temprano en las afueras de las empresas. Varias personas con fólderes en mano, listos y dispuestos a recibir respuesta de alguna plaza vacante y así acabar con esta terrible situación.
El licenciado Luis San José, Investigador del área económica de Asies, dijo que es un momento crucial en la historia de la humanidad. Creíamos poseer el dominio de la ciencia, pero nos hemos visto obligados a reconocer que no estábamos preparados para lidiar con lo más esencial para nuestra especie: la preservación de la vida.
“Han colapsado los sistemas de salud mundiales y las economías se suman en recesiones que se agudizarán conforme perdure la actual pandemia. En los países en vías de desarrollo, de complejas fragilidades económicas, sociales e institucionales, los efectos de esta crisis permanecerán visibles por largo tiempo, pues las debilidades sistémicas opondrían resistencias al cambio necesario de visión, en materia económica, de nuevos o renovados instrumentos de política económica, orientados a la recuperación del crecimiento y el desarrollo integral de los países”, consideró el licenciado.
La reducción en muchas de las actividades productivas ha sido ocasionada por la necesidad de controlar la velocidad del contagio del COVID-19. La reducción surge de decisiones de los hogares, de las empresas y del gobierno. Los hogares buscan evitar el riesgo de padecer dicha enfermedad, por el elevado costo que puede implicar, además de sus posibles resultados fatales. Las empresas buscan reducir el impacto negativo del virus en sus clientes y en sus empleados.
Así mismo, 174,087 trabajadores, de 16,629 empresas actualmente están siendo beneficiados por el Fondo de Protección del Empleo (Q978.4 millones). Este es un indicador indirecto que demuestra la cantidad de empleos formales que podrían perderse si la economía continúa golpeada por la pandemia. Además, de fuentes anecdóticas, se sabe que muchas empresas prefirieron despedir y no suspender a sus empleados, para no seguir acumulando pasivo laboral, ni otras prestaciones.
Las remesas provenientes de migrantes guatemaltecos en Estados Unidos fueron más bajas entre marzo, abril y mayo respecto al año anterior, pero tuvieron un repunte en julio. Este rubro es vital para el consumo nacional, porque es una fuente de ingreso para el 9% de los hogares del país, los cuales son aproximadamente 1,363,000 personas. En Guatemala, el ingreso derivado de las remesas constituye un aproximado del 44% sobre el ingreso total de los hogares beneficiarios.
Muchas personas han incrementado su ahorro precautorio y si consumen lo hacen estratégicamente en bienes y servicios de prevención. El alza en los precios de equipos de protección personal no sólo se ha dado por la demanda de las empresas y emprendimientos. Guatemaltecos “chispudos” y como dice el conocido refrán, el que guarda, siempre tiene.
Según menciona el Plan para la recuperación económica en Guatemala, publicado por el Ministerio de Economía, para generar más empleos es necesario retomar la interacción social y productiva de la población, cumpliendo con las Bases para la Desescalada de las Medidas de Reapertura Condicionada del Confinamiento. Además, aplicando protocolos de bioseguridad que prevengan la expansión del contagio del COVID-19. La primera línea de acción de esta estrategia es la Generación y promoción de los protocolos de bioseguridad en los sectores público y privado para la reapertura de operación.
Las actividades de esta línea de acción promueven condiciones de interacción seguras entre consumidores y proveedores para prevenir repuntes de contagios; dada la libertad de movilidad, de horarios y de operación que el Sistema y Tablero de Alerta Sanitaria irá otorgando a la población guatemalteca. Por ejemplo, se planea establecer estándares de calidad en prácticas sanitarias en el turismo sostenible del país.
Foto: cortesía de internet
Las hormigas trabajan en colonias, en conjunto son mucho más poderosas. Es más fácil matar a una que anda deambulando alrededor del café de la mañana; que, al hormiguero entero, eso es de pensarlo más de una vez, - mejor ni pensarlo-lo que significa es que deberíamos aprender de ese cúmulo de experiencia, experiencia que le ha permitido adaptarse y sobrellevar cualquier cantidad de obstáculos a lo largo de los años.
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