Traen a sus espaldas historias traumáticas.
Por: Vivían Chile
Foto: GettyImages
Solos, rodeados de desconocidos, en un entorno extraño y con un lenguaje que no comprenden. Ven el viaje a EE.UU como la única oportunidad. De marzo a la fecha, se han recibido a más de 750 niños migrantes que retornan de Estados Unidos. La pandemia del coronavirus frenó muchas actividades, las condiciones de vida en general se han visto afectadas y alteradas, pero lo que se ha pintado como distracción para cruzar la frontera, se vuelve un desafío doble, al correr el riesgo de contagiarse. Alejandra Mena; encargada de comunicación de Migración, dice, que uno de los factores de "atracción" de esta oleada de migrantes es que "se les dice que ahora es el momento de venir", principalmente por parte de los traficantes de indocumentados. "Los contrabandistas no se preocupan por estas personas. Las están poniendo en riesgo cuando están haciendo ese peligroso viaje", señaló.
¿Qué pasa ¿Qué hago?
El Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de su red consular, es la institución responsable de la protección y asistencia consular de las niñas, niños y adolescentes (en adelante niños) guatemaltecos migrantes fuera del territorio nacional. Crearon en el 2015 la campaña ¿Qué pasa? ¿Qué hago? es un mecanismo de información y respuesta sobre los procesos de migración, que se dirige a las niñas, niños y adolescentes migrantes y sus familias. Intentando demostrar los riesgos para que no se lleve a cabo la migración irregular.
Foto: AFP
Los niños migrantes de los que se acredita su minoría de edad son devueltos a su país solo si se consigue confirmar la existencia de familiares que tengan capacidad e intención de hacerse cargo de ellos. Y eso pocas veces ocurre. En un proceso sin subestimar los efectos traumáticos de los que viven la experiencia de la migración ilegal, siendo menores de edad. Más allá de esos factores, la migración de centroamericanos a Estados Unidos, que responde a problemas económicos y sociales. Y el detrás que conlleva. La migración actualmente no es individual sino colectiva; la decisión de los individuos a migrar es tomada en el seno familiar, o como medida de huir del abuso o explotación que vive la niñez en los niveles más bajos de pobreza. Como también argumentaron educación, migración familiar y recreación, violencia y compras.
Los norteamericanos discutieron con los delegados de Unicef, Cancillería y la Pastoral de Movilidad Humana el avance y las medidas que se han integrado para reducir la migración, adicionalmente, surgen medidas para proteger a los niños y menores y evitar o disminuir el riesgo de que sean sometidos a situaciones de explotación o abusos de otro tipo. Guatemala- que emigran burlando los controles fronterizos a EE.UU ha aumentado en los últimos años, y se ha acentuado en tiempos recientes.
Foto: Noticias ONU.
Pero ahora a medida que el coronavirus ha desviado la atención a raíz de la llegada de la pandemia a Guatemala, se han tenido que afinar para la recepción y llegada de los migrantes, que no dejaron de venir, tanto por vía terrestre como aérea. En la mayoría de los casos pasan a un centro temporal, y después a una familia de acogida o un piso atendido por profesionales. Incluso, algunas veces, los menores, quedan sin resguardo de las autoridades al retornar y viven en las calles. Lo que implica un mayor riesgo de que niñas y niños migrantes acaben en manos de las mafias o redes de trata. Y un caldo de cultivo para que desarrollen comportamientos de riesgo, o para que empeore su estado emocional, físico y psicológico. Además, los niños migrantes que acaban en la calle no reciben educación ni una alimentación adecuada, lo que frena por completo su desarrollo integral y limita sus posibilidades de futuro.
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