Por: Rosa Jordán
Con una pandemia a medio enfrenta, una educación por mejorar, y un servicio de salud que abastecer, la economía de Guatemala ya no aguanta más la presión de la deuda externa y ha decidido colocarse un “-“ en la oportunidad que tiene el país de la eterna deuda externa para cancelarse.
Si la economía fuera una persona ya nos habría demandado la misma cantidad de veces que la deuda externa en quetzales.
¿Como superar ese reto que cada gobierno tiene al llegar al poder? Al parecer el reto para los gobiernos es solicitar un nuevo préstamo de la mayor cantidad posible, sin que las autoridades y encargados del país se percaten del daño que se le está haciendo al mismo. Ese es el reto de moda. Entonces, las promesas de campaña ¿dónde quedan?
Si la cantidad de deuda cada vez va hacia arriba, ¿en que va a parar Guatemala?, ¿cómo y por qué nadie se ha percatado para hacer algo?
Se está cayendo en una deuda que cada vez es más difícil de procesar. En Guatemala el 74% de los impuestos es utilizado para sueldos. Lo increíble de esto son los sueldos que se ven en los puestos estatales de arriba, que no está mal ganar mejor que en una entidad privada, pero cundo se hacen comparaciones del sueldo del presidente de un tercer mundo como lo es Guatemala, es gracioso que gane más que presidentes de países del primer mundo. Ahorro que se podría hace para disminuir lo pendiente.
Lo preocupante son las consecuencias que se le deja a futuras generaciones.
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