Por: Mónica Duarte
El 13 de abril el presidente Alejandro Giammattei informó que el uso de la mascarilla es obligatorio para estar en la vía pública, en caso de incumplir se considera una infracción y sanción de Q7 mil hasta Q150 mil. Sin embargo, los guatemaltecos no han desaprovechado esta oportunidad y han optado por fabricar y vender esta prenda, que ha sido muy demandada en las últimas semanas.
Esta actividad resulta ser una fuente de ingresos extra o incluso el nuevo negocio de aquellos que perdieron su trabajo debido a la pandemia. Han utilizado la creatividad y se pueden encontrar diversos tipos, formas, estilos y colores.
Es común ver varios carteles en las calles de “se venden mascarillas”, sus precios oscilan entre los Q5.00 las mas sencillas y Q10.00 las mas elaboradas. Los vendedores ambulantes recorren calles y avenidas del país, en busca de personas que decidan comprarles y así subsistir el día.
Es importante tener precaución sobre comprar este tipo de mascarillas, ya que por estar al aire libre pueden contener partículas de polvo y al momento de usarla se puede inhalar y ocasionar alergias etc. Todas deben seguir normas genéricas claves para su funcionamiento y que hacen que unas sean más recomendables que otras.
Las mascarillas elaboradas a mano han demostrado que son significativamente menos efectivas que las mascarillas quirúrgicas, ya que ofrecen una barrera física contra las partículas virales.
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