El guatemalteco no es un ciudadano activo, es un sobreviviente.
Por: Vivian Chile
Personal de las diferentes unidades del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, (MAGA); realizaron propuestas con base al presupuesto del próximo año, para ejecutar de forma objetiva oportunidades de desarrollo a las personas en situación de pobreza y pobreza extrema. El censo de 2018 revela que más de la mitad del país cocina con leña, un 37% no tiene sanidad en un terreno y un 61% tampoco un grifo de agua potable dentro de la vivienda. En este contexto, es fácil tener diarrea, neumonía o tosedera, como dicen. Su sistema inmune debilitado no podrá defenderse de muchas enfermedades y su menor capacidad cognitiva les dificultará entender. Estas dolencias y la desnutrición aguda son una combinación fatal. Ir al centro de salud tampoco es tarea fácil. A finales de mayo, del presente año 2020, se reportaron más de 15,000 casos de desnutrición aguda infantil, cifra que supera el total de casos registrados durante 2019. La cifra se triplicó, al comparar los 4 mil 575 casos que se reportaron durante el mismo período del 2019 con el número de este año. Al hablar de casos severos se identificó a 4 mil 39 niños, mientras que 9 mil 701 son moderados. Los municipios del Corredor Seco son los más golpeados por la escasez de alimentos, debido a que los agricultores ya no tienen reservas de granos básicos para comer, y no hay fuentes de trabajo para obtener un jornal y comprar alimentos, situación que no se apiada principalmente con la niñez.
"El cambio climático nos está tirando a la cara lo que no se resolvió", se queja Iván Aguilar, responsable de emergencias humanitarias de la ONG.
El pacto hambre cero que se firmó en el 2012 fue un intento fallido de combatir el hambre crónica en Guatemala. “Las intervenciones mencionadas anteriormente, se han venido implementando desde hace muchas décadas, los gobiernos únicamente le cambian de nombre a la estrategia; Creciendo bien, Hambre 0, Ventana de los mil días, Cruzada contra el hambre, como sea, lo cierto es que los avances son muy pequeños, el asunto pertinente es que el enfoque es dirigido solo a la niñez, se invisibiliza al a familia y la comunidad, si en una familia hay un niño o niña comprometida nutricionalmente, seguro que el resto de la familia también lo está. No es suficiente con que estén escritas, se necesita todo un aparato para implementarlas, requiere de establecimientos de salud especialmente del primer nivel de atención, personal capacitado y suficiente, pertinencia cultural, y sufrientes recursos” señala el doctor Edgar Gónzalez.
Además, que el proceso de verificación de datos actualizados, se ha visto afectado por el ingreso del covid-19 al país, pues los esfuerzos se enfocaron en contener al virus. Como preocupación focal está la zona del Corredor Seco, donde se están aumentando los casos de desnutrición aguda entre niños y niñas menores de cinco años y donde las consultas externas y los servicios de prevención de la desnutrición han dejado de funcionar con normalidad desde que se declaró la pandemia.
Interpretando uno de los papeles más importantes en la estrategia contra el hambre, el MAGA. Puesto que sus programas se orientan a la productividad agrícola y ganadera en términos globales lo cual debería conducir a atender uno de los primeros pilares de la seguridad alimentaria y nutricional que es la disponibilidad de alimentos, se debería de favorecer los mercados nacionales, sin embargo, hay muchos productos que son para importación, vinculados a monocultivos los cuales comprometen la seguridad alimentaria del país. Los programas más específicos se orientan a la población vulnerable (corredor seco, por ejemplo) con atención a las unidades familiares estas acciones van desde fomento de la economía familiar (programas poco exitosos) hasta la entrega directa de alimentos.
La pobreza, sus causas, son plenamente visibles
Los hogares que viven en extrema pobreza (23.4 por ciento), principalmente los del corredor seco, las reducidas o nulas reservas de granos básicos, el uso acelerado de los ingresos y la incapacidad de ahorrar para la época de escasez, detonaron una crisis de inseguridad alimentaria desde mayo. Al menos 33.312 niños requieren tratamiento o protección urgente frente al hambre estacional y la desnutrición aguda" en los 81 municipios del Corredor Seco guatemalteco. Calificando el hambre y la desnutrición como “el gran fracaso de nuestro país”, Giammattei también propuso proyectos de riego para más producción agrícola, adaptación al cambio climático y un fondo de garantía para el desarrollo rural donde los campesinos puedan tener créditos flexibles y a largo plazo. Lo primero que hay que reconocer es que un alto porcentaje de la población vive con algún déficit nutricional dentro de estos la población menor de 5 años, más del 45% se clasifican como crónicos por la pérdida de talla, y un porcentaje menor como aguda, sin embargo, invisibilizar a los niños y niñas con desnutrición leve, porque simplemente no se registran, hace que un altísimo porcentaje esten comprometidos nutricionalmente durante los primeros 5 años y por supuesto prácticamente toda su vida.
El Sistema Nacional de Extensión Rural, será parte de los proyectos al facilitar asistencia técnica y capacitaciones en las comunidades priorizadas del interior del país. Entre los aspectos a fortalecer está el aumento de la producción animal, hortalizas y granos básicos, que garanticen una buena nutrición a las familias, principalmente en niños menores de cinco años. Además, se pretende mejorar las capacidades de almacenamiento de alimentos, conservación de suelos, buenas prácticas agrícolas, buen manejo de agua, y el incremento de encadenamientos productivos. Con estas acciones se espera beneficiar a miles de familias y convertirlas en autosostenibles, reduciendo la desnutrición en el país, uno de los objetivos directos del Gran Plan Nacional Agropecuario 2016-2020 impulsado por las autoridades del MAGA, según un informe presentado.
Fuente: El Périodico. Esta es una imagen común en esta zona de Guatemala. La de un espacio en el que podría haber agua, pero no hay; es, también, la imagen de una promesa vacía.
Foto: Simón Antonio Ramón.
Foto: El País.
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