Por: Melaníe Cotoc
Columna
En la historia de Guatemala se registra su independencia de la corona española el 15 de septiembre de 1921, y año con año se celebra un año más de independencia de la República de Guatemala.
Muy poco ha sido el avance de este país en cuestión de libertad, que es lo que en realidad se buscaba con la independencia, pero parece que solo fue una fachada. Guatemala sufre graves consecuencias de muchas décadas y años de mala administración en el Gobierno, de corrupción y de mentiras al pueblo.
En pleno 2020 se celebra 199 años de Independencia, y a un año de un Aniversario Bicentenario las generaciones tienen que sufrir una patria corrupta y una independencia de papel. De papel porque solo quedó en documentos, porque la realidad es otra.
En redes sociales y las calles se ven personas con el fervor de una patria “libre” pero no nos damos cuenta que en realidad solo queremos tapar el sol con un dedo, en donde el pobre es más pobre y el rico es más rico.
Y en plena pandemia es más evidente las deficiencias con las que cuenta nuestro país, es más evidente que somos un país tercermundista, no solo por la condición socioeconómica de los guatemaltecos, sino por la misma actitud que tienen tanto los gobernantes y nosotros como ciudadanos, donde parece que ya nos acostumbramos a querer estar mal, aceptando lo poco o los restos de la oligarquía.
Como guatemaltecos debemos preocuparnos por el país que estamos dejando a las nuevas generaciones, por el país que estamos formando. Debemos hacerle honor al Himno Nacional luchando contra la corrupción, haciendo valer nuestros derechos.
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